De los errores se aprende. De eso no hay duda. Pero cuando se trata de la belleza de nuestra piel y de nuestro cabello, y de nuestro aspecto en general, mejor es no cometerlos.
Muchas, por ejemplo, dormiréis sin haberos desmaquillado. Mal hecho. Otras os teñís el pelo desde muy jóvenes, u os hacéis mechas. Mal hecho también porque eso acelera el resecamiento del cabello.
En fin. Que no todo lo que hacemos cuando aun somos jóvenes será bueno en el futuro.
¿Qué tener en cuenta?
No todo lo que funciona en otra persona funcionará en ti. Ni tu cabello ni tu piel son idénticos a los de otras personas. Esto cuenta para el champú, las cremas y el maquillaje.
En cuanto a la piel, esto se debe a que el pH es distinto y reacciona de diferente manera con las distintas fórmulas, por este motivo, no todos los tratamientos de rejuvenecimiento facial funcionan igual para todas las personas. Por ello conviene que antes de comprar un producto x porque le viene bien a tu amiga, cuentes con una recomendación personal.
Saber cuándo parar. Esto es así por ejemplo para el caso de las cejas. Si algo está bien, no hay por qué tocarlo. Si quieres arreglar unos pelillos de las cejas, hazlo, pero ¡ten cuidado con pasarte y tener luego que pintártelas porque quitaste más de lo hubieras debido!
En cuanto al champú, a veces conviene hacer un desembolso más importante que arruinarte el pelo. De hecho hay veces que compras un champú barato pero debes usar el doble o simplemente no te sirve para nada o, peor aun, te destroza el cabello. A veces conviene comprar productos de salón aunque sean más caros.
¿Rejuvenecimiento facial? 2 remedios infalibles
1. Usar siempre protector solar sin importar la estación del año.
Nada envejece la piel más que la exposición a los rayos solares, ya sea en la playa, en un día nuboso, por el reflejo de la nieve o a través de los cristales de las ventanas.
2. Tómate 10 minutos al día para una rutina de cuidados de tu piel.
Porque no a todas nos basta con lavarnos la cara. Necesitamos humectarla, hidratarla, nutrirla y exfoliarla. Todo sea por evitar las manchas y las temidas arrugas. ¡10 minutos al día bien valen la pena!